Nuestra Historia

Una historia que cambió una vida. Una decisión que puede cambiar la tuya.

“Una vida puede cambiar por completo a partir de algo tan sencillo como una sola llamada telefónica.”

Esa llamada llegó en enero de 1919…

Frank Sherman Land, un joven masón comprometido con su comunidad, recibió el llamado de Sam Freet, quien le pidió ayuda para encontrarle un trabajo de medio tiempo a Louis Lower, un adolescente de 13 años que había quedado huérfano tras la trágica muerte de su padre en un accidente de cacería.

 Frank aceptó sin dudarlo. Al día siguiente, Louis se presentó puntual a su entrevista. Al estrechar su mano, Land sintió una conexión inmediata. Louis irradiaba honestidad, madurez, humildad y una natural inclinación al liderazgo. Mientras conversaban, Frank pensó:
“Si tuviera un hijo, querría que fuera como este muchacho.”

Louis compartió sus sueños, su deseo de terminar el colegio y de ayudar a sus hermanos menores, así como el profundo cariño y respeto que sentía por su padre. Frank le ofreció trabajo en su oficina y lo invitó a acompañarlo a la iglesia esa misma semana. Así nació una amistad que cambiaría para siempre sus vidas y, poco tiempo después, la vida de miles de jóvenes en todo el mundo.

A través de sus conversaciones con Louis, Frank se dio cuenta de que esa necesidad de orientación, contención y valores no era exclusiva de un joven, sino que era compartida por muchos. Fue entonces cuando sintió la necesidad urgente de crear una organización juvenil que brindara guía, formación ciudadana, y sobre todo, un espacio de hermandad basado en principios sólidos.

Convocó a nueve jóvenes para iniciar el proyecto. Juntos comenzaron a soñar con una organización que promoviera el respeto, la lealtad, la cortesía, la responsabilidad y el amor a la familia y al país. Nació así la Orden DeMolay.

El nombre fue elegido por los propios jóvenes, luego de que Frank mencionara varias figuras históricas ligadas a la masonería. Cuando escucharon la historia de Jacques DeMolay, el último Gran Maestre de los Caballeros Templarios —quien fue condenado a muerte por mantenerse fiel a sus ideales de lealtad y tolerancia—, todos coincidieron en que ese era el ejemplo perfecto. Así, DeMolay se convirtió no solo en un nombre, sino en un símbolo de compromiso, valentía y liderazgo juvenil.

Desde entonces, la Orden DeMolay ha crecido hasta convertirse en la organización juvenil patrocinada por la masonería más grande del mundo, con presencia en Estados Unidos, Brasil, Japón, Alemania, Francia, Australia, Rumania, Argentina y muchos otros países.

En Paraguay, DeMolay llegó en 1994, y desde el 2013 somos sede oficial de DeMolay Internacional. Más de un siglo después, los valores que inspiraron aquella primera conversación entre Frank y Louis siguen vivos en cada Capítulo y en cada miembro que elige formarse como un líder con propósito, convicción y fraternidad.